Fue en el año 2000, luego de su fallecimiento cuando en la cota 1350m Chapelco decidió realizarle este homenaje que hace unas horas fue renovado.
En aquella oportunidad, un grupo de instructores de la Escuela de Esquí Chapelco impulsados por Amparo Ferrer y Soledad Zabala, con el apoyo de Alfred Auer (gerente general del cerro en aquel momento), -hace 25 años- habían colocado la figura de una Virgen artesanal donde se leía el nombre de Berta.
Berta María Campos Heniquez de Salgado fue una mujer que, gracias a su espíritu colaborativo y dedicación desinteresada, resultó clave junto a su familia en el desarrollo del esquí y del cerro Chapelco.
¿Qué es lo que convierte a alguien en un “pionero” de Chapelco?
“La historia de Doña Berta es la de una mujer única. De esas que nacen y viven iluminadas por un ímpetu visionario que las lleva a crecer, construir y dejar huella en cada acto”, relata un emotivo resumen de la vida de esta mujer pionera que realizó hace poco más de un año Marcela Ferreiro desde el área de prensa de Chapelco: “La historia de esta montaña no podría contarse sin incluir todos los cuentos que relatan el trabajo, el amor, los sueños y desvelos de aquellos que dieron un paso para trazar el camino del progreso y que, indefectiblemente, se convierten en protagonistas”, amplía.
“Berta María Campos Heniquez nació en 1917 del otro lado de la Cordillera de los Andes. A los 31 años, siendo enfermera y matrona capacitada en clínicas alemanas de Chile, se casó con Julio Alberto Salgado Godoy. En 1949, dio a luz al primero de 4 hijos, Luis Alberto “Raco” Salgado. Para construir un futuro mejor migraron a la Argentina y se establecieron en Junín de los Andes, en la estancia de una familia inglesa, donde Julio fue contratado como chofer y mecánico especializado. La familia de Berta creció, y en suelo argentino nació Julio Adrián “Guayan” Salgado. Con la voluntad de que sus hijos estudiaran, Berta y familia se mudaron a San Martín de los Andes, donde tuvieron acceso asegurado a la escuela, y a oportunidades como integrar el cuerpo de “Boy Scouts” que organizaba Don Federico Graef” (Prensa Chapelco, 2023).
“Berta y Julio se convirtieron en ejes fundamentales del entramado social de la época en San Martín de los Andes, caracterizados por su generosidad y sus habilidades altamente calificadas. Berta atendía los partos de las familias, acudiendo a domicilio para recibir los nacimientos. También cuidaba enfermos y aplicaba sus conocimientos de enfermería. Julio, por su parte, era mecánico especialista en motores, un oficio aprendido en su Chile natal, que resultó muy valorado por las familias locales que tenían automóviles y maquinarias” (Prensa Chapelco, 2023).
“Berta era una mujer muy conversadora, entusiasta y temperamental. Con su fuerza hacía girar el mundo. El de su hogar y el de todo aquel que la necesitara. A su cargo estaba su casa, su trabajo y la crianza de los hijos, propios y ajenos. Porque en su casa, con 1 cocina, 1 dormitorio y 1 altillo, siempre había lugar para albergar y criar a alguien sin familia, para darle un plato de comida o brindarle posibilidades de estudio”, se detalla en el relato de su historia.
La Escuela de Esquí, Rancho Grande, y el pedido a Doña Berta
En 1970 la provincia invirtió en los dos primeros medios de elevación de Chapelco: una silla que iba desde la base de la actual silla Rancho Grande hasta el pie de la pista La Brava y un lift desde ese lugar hasta la cota 1600m (el falso claro).
Allí nació la primera escuela de esquí de Chapelco.
Cuenta la historia que “se le solicitó a Berta que construyera una cabaña en las laderas del cerro para darles refugio y comida a los chicos del Club. Toda la familia y los amigos participaron en el armado y construcción de ese icónico lugar donde tantos chicos esquiadores fueron a recuperar calor, secar la ropa, tomar algo caliente. Berta también les permitía quedarse a dormir en su refugio para poder estar a primera hora entrenado en las pistas, quedándose con los menores para cocinarles y cuidarlos de noche”.
En su refugio, Berta alimentó los sueños de esos niños que veían en el esquí una salida a la vida y al mundo. Entre cucharadas de guiso de porotos, carne y verduras, crecieron los proyectos de esos jóvenes que en la Argentina y Europa se convirtieron en instructores, patrulleros, silleros, operarios, así también como competidores olímpicos y campeones internacionales.
El 20 de julio de 2000, Doña Berta partió. Chapelco honró su vida y su legado llamando “Dona Berta” a una pista que se ubica cerca de donde se había emplazado su refugio y que habían construido sus hijos.
El monolito recientemente refaccionado será inaugurado en fecha que se anunciará próximamente, aguardando el regreso al país de los hijos y nietos de Berta que aún se encuentran cerrando la temporada de invierno en centros de esquí del hemisferio norte.
Luis Alberto “Raco” Salgado, el mayor de sus 4 hijos expresó: “Quiero agradecer, una vez más, a Chapelco por este sentido homenaje a mi madre Berta Salgado, que nos enorgullece a todos. Agradecemos la posibilidad de esperar a que nuestra familia completa pueda reunirse para inaugurarlo. La mayoría están ahora trabajando, con vocación, en la nieve de otras montañas, tal como ella nos enseñó” – finalizó.
Referencias:
(Marcela Ferreiro – Prensa Chapelco Ski Resort)