A pedido del fiscal Hernán Scordo, el juez de garantías Diego Chavarría Ruiz dispuso prorrogar por 30 días la prisión preventiva para el hombre acusado de golpear salvajemente, secuestra a su ex pareja en medio de la violación de una perimetral.
Durante la audiencia el fiscal explicó que el imputado está detenido desde el 10 de junio y que se ha fijado fecha para realizar el juicio de responsabilidad el 14 de noviembre, y si bien estamos hablando con la defensa en arribar a una salida alternativa, es prudente solicitar la prórroga de la preventiva ya que el imputado es reacio a cumplir con medidas cautelares y tiene antecedentes penales.
Señaló que es necesario que la víctima pueda declarar libremente y que además de ser hallado responsable del hecho el imputado obtendrá una pena de cumplimiento efectivo, por lo que lo la prisión preventiva es la medida que más se ajusta a la situación.
El hombre está imputado por privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas, lesiones leves calificadas por el vínculo y por ser de un hombre a una mujer y mediar un contexto de violencia de género -dos hechos- y desobediencia a una orden judicial, todo en concurso real y en carácter de autor.
El hecho se registró en la primera semana del mes de abril cuando mantuvo privada de su libertad a la mujer durante un día bajo violencia y amenazas. Primero la golpeó con la empuñadura de un arma de fuego. Luego le ató las manos y la boca para que no grite y volvió a golpearla con un cinto. Además, la agredió con puños y patadas en todo el cuerpo. Finalmente le pegó con un martillo. Al día siguiente, la soltó.
El 12 de abril, cerca de las 13, el imputado la volvió a agredir en la calle con golpes de puño y patadas en todo el cuerpo. Afortunadamente, efectivos de la policía que pasaban por el lugar asistieron a la víctima y detuvieron la violencia.
Luego, el 9 de junio, pasadas las 6 de la mañana, nuevamente la golpeó mediando violencia de género y la cuestionó sobre su presencia en una fiesta. Así, también incumplió con las medidas cautelares perimetrales, impuestas por una Jueza del Juzgado de Familia, que le impedían acercarse a la víctima en un radio de 300 metros.